Diabetes Mellitus
La diabetes mellitus es un conjunto de anormalidades metabólicas cuya característica principal es la presencia de concentraciones elevadas de glucosa en la sangre (que se conoce como hiperglucemia), debido ya sea a un defecto en la producción de la hormona insulina, a una resistencia a la acción de dicha hormona o a una combinación de ambas causas. La diabetes también se acompaña de anormalidades en el metabolismo de los lípidos y proteínas. Se trata de un padecimiento que está asociado a estilos de vida poco saludables (obesidad y/o sobrepeso; vida sedentaria y alimentación rica en azúcares y grasas) y a la predisposición por factores genéticos (padres o hermanos con el padecimiento).
Antes de que esta enfermedad se manifieste, casi siempre existe una condición médica anterior, llamada “prediabetes”. Es decir que los índices de la glucosa en la sangre son mayores que los normales, pero no lo suficientemente altos como para diagnosticar diabetes. Por ejemplo, cuando a una persona en su examen de detección de diabetes, se le encuentra un resultado en ayuno de 100 a 125 miligramos de glucosa por decilitro de sangre (mg/dl) o bien comió o bebió algo en las ocho horas anteriores a la prueba y el resultado es entre 140 a 199 mg/dl, es probable que tenga prediabetes.
En este caso debe realizar otro estudio y si estos resultados se repiten, se comprueba la prediabetes, por lo cual se deberán tomar las medidas necesarias para controlarla, ya que se sabe que el 10 % de las personas con prediabetes desarrollan diabetes en los años posteriores.
La clasificación de la Diabetes Mellitus se realiza de acuerdo a su etiología:
Diabetes tipo 1
La diabetes de tipo 1 (anteriormente llamada insulinodependiente, juvenil o de inicio en la infancia) se caracteriza por una producción deficiente de insulina y requiere la administración diaria de esta hormona. No se sabe exactamente cual es la causa de la diabetes de tipo 1, pero sí se sabe que tiene un componente autoinmune muy importante, es decir, el sistema inmunológico, el cual se encarga de defendernos de los agentes que causan enfermedad (virus, bacterias, parásitos, hongos), ataca a las células beta del páncreas, las cuales son las que producen la insulina necesaria para el metabolismo de la glucosa. Sus síntomas consisten, entre otros, en excreción excesiva de orina (poliuria), sed (polidipsia), hambre constante (polifagia), pérdida de peso, trastornos visuales y cansancio. Estos síntomas pueden aparecer de forma súbita.
Diabetes tipo 2
La diabetes de tipo 2 (también llamada anteriormente no insulinodependiente o de inicio en la edad adulta) se debe a una utilización ineficaz de la insulina. Es decir, existe un estado de resistencia a la insulina, donde los tejidos que son sensibles a la insulina (hígado, músculo y tejido adiposo), no responden a los efectos de la hormona y por lo tanto no hay un almacenamiento de la glucosa en dichos tejidos y esto origina la hiperglucemia, característica de la enfermedad, y las posteriores complicaciones. Este tipo representa la mayoría de los casos mundiales y se debe en gran medida a un peso corporal excesivo y a la inactividad física. Los síntomas pueden ser similares a los de la diabetes de tipo 1, pero a menudo menos intensos. En consecuencia, la enfermedad puede diagnosticarse solo cuando ya tiene varios años de evolución y han aparecido complicaciones. Hasta hace poco, este tipo de diabetes solo se observaba en adultos, pero cada vez es más común encontrar a personas jóvenes, inclusive niños que presentan diabetes tipo 2
Diabetes gestacional
La diabetes gestacional se caracteriza por hiperglucemia que aparece durante el embarazo y alcanza valores que, pese a ser superiores a los normales, son inferiores a los establecidos para diagnosticar una diabetes. Las mujeres con diabetes gestacional corren mayor riesgo de sufrir complicaciones durante el embarazo y el parto. Además, tanto ellas como sus hijos corren mayor riesgo de padecer diabetes de tipo 2 en el futuro. Suele diagnosticarse mediante las pruebas prenatales, más que porque el paciente refiera síntomas.
El deterioro de la tolerancia a la glucosa y la alteración de la glicemia en ayunas son estados de transición entre la normalidad y la diabetes, y quienes los sufren corren mayor riesgo de progresar hacia la diabetes de tipo 2, aunque esto no es inevitable.
La diabetes se puede asociar con complicaciones agudas que pueden dar lugar a alteraciones importantes, como accidentes cardiovasculares o cerebrovasculares, lesiones neurológicas y coma, en caso de no tratarla adecuadamente. De igual forma, la hiperglucemia crónica de la diabetes se asocia a daños a largo plazo, que provocan disfunción y fallo de varios órganos: en especial, ojos, riñones, nervios, corazón y vasos sanguíneos. A continuación, se mencionan algunas de las complicaciones de la diabetes mellitus
- Los adultos con diabetes tienen un riesgo 2 a 3 veces mayor de infarto de miocardio y accidente cerebrovascular.
- La neuropatía de los pies combinada con la reducción del flujo sanguíneo incrementa el riesgo de úlceras de los pies, infección y, en última instancia, amputación.
- La retinopatía diabética es una causa importante de ceguera y es la consecuencia del daño de los pequeños vasos sanguíneos de la retina que se va acumulando a lo largo del tiempo. El 2,6% de los casos mundiales de ceguera es consecuencia de la diabetes.
- La diabetes se encuentra entre las principales causas de insuficiencia renal.
Se ha demostrado que medidas simples relacionadas con el estilo de vida son eficaces para prevenir la diabetes o retrasar su aparición. Para ayudar a prevenir la diabetes de tipo 2 y sus complicaciones se debe:
- Alcanzar y mantener un peso corporal saludable.
- Mantenerse activo físicamente: al menos 30 minutos de actividad regular de intensidad moderada la mayoría de los días de la semana; para controlar el peso puede ser necesaria una actividad más intensa.
- Consumir una dieta saludable, que evite el azúcar y las grasas saturadas.
- Evitar el consumo de tabaco, puesto que aumenta el riesgo de sufrir diabetes y enfermedades cardiovasculares.
El diagnóstico se puede establecer tempranamente con análisis de sangre relativamente baratos. El tratamiento de la diabetes tipo 2 consiste en una dieta saludable y actividad física, junto con la reducción de la glucemia y de otros factores de riesgo conocidos que dañan los vasos sanguíneos. En el caso de la diabetes tipo 1 el único tratamiento es la administración diaria de dosis específicas de insulina, dichas dosis dependerán de las características particulares de cada paciente, por ejemplo, la talla y el peso.